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domingo, 20 de noviembre de 2011

La felicidad

Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos. Y eso será donde menos te lo esperas: en el instituto, en el supermercado... en mitad de una huída. Y cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino, solo es el principio de otro y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado, aunque sea para esconderse en un desierto. Y esconderse es lo que menos te importa, lo que te importa es que estas tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya solo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir, porque no se puede borrar lo que ya está escrito, y porque la vida es aquello que te sucede mientras tratas de hacer otra cosa.

Si tu yo...

¿Alguna vez en tu vida has tenido una historia de amor?
no un amor de ir de bares o de ir por ahí de excursión, un amor de los que se te agarra aquí y parece que no puedes respirar... pues yo SI.
Si yo tu, si tu saltas yo salto, y nos levantaremos juntos en esto unido;
si me pierdo encuéntrame, si te pierdes yo contigo y juntos leeremos en las estrellas cual es nuestro camino y si no existe lo inventaremos; si la distancia es el olvido, hare puentes con tus abrazos pues lo que tú y yo hemos vivido no son cadenas ni siquiera lazos... Es el sueño de cualquier niño, es pintar un te quiero a trazos y secarlo en nuestro regazo.
Si yo tu, si dudo me empujas, si dudas te entiendo, si callo escucha mi mirada, si callas... leeré tus gestos. si me necesitas, sílbame y construiré una escalera hecha de tus últimos versos para robar a la luna una estrella y ponerla en tu mesilla para que te de luz... si tu yo, si tu yo también....
si lloro, ríeme ,si lloras lloraré, pues somos el equilibrio, dos mitades que forman un sueño; si yo tu, si tu conmigo...y si te arrodillas, hare que el mundo sea más bajo; a tu medida, pues a veces para seguir creciendo hay que agacharse.
Si me dejas, mantendré viva la llama hasta que regreses y si preguntas seguiremos caminando y sin condiciones te seguiré perdonando; si te duermes seguiremos soñando que el tiempo no ha pasado, que el reloj se ha parado.... y si alguna vez la risa se te vuelve dura, se te seca las lagrimas o la ternura..., estaré a tu lado,
pues siempre te quiero, siempre te he cuidado pero... jamás te cures de quererme ... pues el amor es como Don Quijote; solo recobra la cordura para morir.... Quiéreme en mi locura... pues mi camisa de fuerza eres TÚ, y eso me calma... y eso me cura...
Si tu, yo, si yo tu, sin ti nada, sin mi si quieres... prueba....

El miedo


El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una, pero aunque se parezcan, lo miedos son tan diferentes y tan personales, como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla. 
Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser.
 Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pase a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido. Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca.

Y hoy he escuchado a un señor en la tele, un señor encantador, que decía que la felicidad es la ausencia de un miedo. Y entonces me he dado cuenta de que últimamente, yo ya no tengo miedo.
Librarse del miedo es como quitarse la ropa delante de alguien, a veces cuesta, pero cuando empiezas lo único que tienes que hacer es seguir, sin dudar, y de repente te das cuenta de que el miedo ya no te pertenece, ha desaparecido, como esa ropa que un día dejas de usar.

No es malo tener miedo. Lo malo es dejar que el miedo domine tu vida porque entonces no tendrás  vida. Solo miedo.